Para evaluar la exposición, además de las medidas experimentales de la concentración promedio de radón en aire fue necesario establecer el factor de ocupación de las dependencias y decidir si eran necesarias acciones de remedio y su tipo (constructivas y/o administrativas). Este conjunto de tareas hicieron necesario involucrar a distintos servicios de la organización CIEMAT, lo se ha visto reflejado en 2019 en el denominado “protocolo del radón”.
La evaluación de la exposición se realizó aplicando los dos niveles de referencia existentes: 600 Bq·m-3 de concentración media anual, establecido en la IS-33, por debajo del cual no debe de aplicarse ningún tipo de control pero si debe aplicarse el principio de optimización y el de 300 Bq·m-3 establecido en la Directiva Europea que concede prioridad a la optimización por encima de este nivel y recomienda su aplicación aunque se esté por debajo.
Los resultados de las medidas junto con los factores de ocupación han permitido realizar una evaluación de la exposición identificando las acciones técnicas y administrativas para reducir la exposición en el ámbito laboral y garantizar el cumplimiento de la legislación en materia de exposición al radón.