Para asegurar que la influencia de las centrales en el entorno es insignificante se diseñan los programas de vigilancia radiológica ambiental, más comúnmente conocidos como PVRA. Su objetivo es la vigilancia y control, desde el punto de vista radiológico, del impacto del funcionamiento de las centrales en la zona.
El diseño del PVRA es una combinación en la que confluyen aspectos como la ubicación de las poblaciones, la existencia de cultivos y animales, la hidrogeología de la zona y los parámetros meteorológicos característicos del entorno.
Una vez definidos los puntos de muestreo y las muestras a recoger y a analizar, se lleva a cabo el programa del PVRA, que comprende las etapas presentadas en la Figura 1.
En la central nuclear de Cofrentes la toma de muestras del PVRA se inició antes del comienzo de la operación de la planta, en concreto en el año 1977, a esta fase se le denomina fase preoperacional y proporciona datos suficientes para realizar la comparativa con los resultados actuales y verificar que “nuestra huella” en el entorno sigue siendo despreciable. La fase operacional del PVRA se inició en el año 1984, coincidiendo con el comienzo del funcionamiento de la central.
El programa del PVRA incluye la recogida de diversas muestras dentro de las posibles vías de exposición a las que podría estar sometida la población del entorno: radiación directa, aire, agua y alimentos. En la Figura 2 se aprecia la distribución en los 16 sectores geográficos de los distintos tipos de muestras existentes en el PVRA de Cofrentes.