Europa está preparada ¿Nosotros lo estamos?

JUNTA DIRECTIVA DE LA SOCIEDAD NUCLEAR ESPAÑOLA

El 80 % de la energía mundial sigue proviniendo de fuentes fósiles. A partir de este dato, lo que necesitamos son hechos, no grandilocuencia ni planes que no se soportan técnicamente.  Hace más de una década, cuando Alemania anunció su apagón nuclear, no explicó que el vacío de generación que dejarían las centrales nucleares se cubriría con gas y con carbón. Con fuentes de generación de origen fósil, con fuentes de generación emisoras de CO2.

La crisis con Rusia por su invasión de Ucrania ha sido el detonante que ha abierto más los ojos a Europa para hacerla consciente de su dependencia energética y los problemas que ello conlleva, pero el cambio de rumbo en muchos países de la UE no viene de ahora. El viraje, que se está produciendo de manera gradual pero siempre hacia la misma dirección y pone en evidencia la apuesta por la continuidad de la energía nuclear como fuente de generación. Se escuchó en la Cumbre del Clima celebrada en Glasgow… Lo adelantó Francia con su plan nuclear… Lo confirman los Países Bajos, Reino Unido y Polonia con sus respectivos proyectos de construcción de nuevos reactores. Siendo realistas, huyendo de discursos tan ideológicos como huecos, la realidad es que Europa necesita nuevos planes energéticos que sean honestos, realistas y responsables. Y en este contexto, progresivamente, vamos teniendo noticias de planes estatales que proyectan la energía nuclear como recurso de futuro ante el reto de la descarbonización garantizando el suministro y, sin perder de vista que con ello se invierte en un sector altamente cualificado que aumenta su competitividad industrial. 

Europa atraviesa una crisis energética sin precedentes y afronta el reto del cambio climático y lo hace en un contexto de costes de la energía disparados, con una gran dependencia geopolítica de terceros y con disparidad de criterios entre los países y una falta de políticas nacionales que permitan a las industrias intensivas en consumo energético ser competitivas.  Ante esta situación, los costes energéticos aparecen como una de las principales preocupaciones y la independencia energética, la eficiencia energética y la descarbonización de la industria cobran una especial relevancia.    

Es incuestionable la urgencia de poner sobre la mesa los grandes retos que ya teníamos y tenemos.  Según la hoja de ruta de la UE se prevé que la demanda eléctrica se duplique de aquí al 2050.  Este es un dato impresionante que nos indica claramente que el suministro energético es uno de los principales retos de la economía durante las próximas décadas. Es necesario, desde el punto de vista de los profesionales nucleares, plantear una reflexión que nos lleve a la búsqueda de soluciones reales y al cuestionamiento de los falsos mitos que rodean la energía nuclear. El cambio es posible y otra percepción por parte de la sociedad también. Muestra de ello es el giro de la opinión pública alemana que en las últimas semanas hemos conocido que se posiciona en un 57 % a favor de la tecnología nuclear a pesar de su ya irreversible plan de cierre de las instalaciones que todavía quedan operativas en el país.

La energía nuclear produce el 50 % de la energía eléctrica baja en emisiones de CO₂ de la Unión Europea. Le aporta independencia y garantía de suministro. Son datos reales, hechos que están llevando a que cada vez más países hablen abiertamente de extender la operación de sus parques nucleares e incluso instalar nuevos reactores. 

El futuro de la energía nuclear tiene que pasar por un apoyo de las políticas aplicadas en materia energética que deben ser consistentes, coherentes y con una visión a largo plazo. ¿Nuestro país está preparado para rectificar?

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