«Ha sido un proceso de tres años que ha involucrado a toda la organización de Iberdrola Generación Nuclear, con 65 personas implicadas y una dedicación de 30 000 horas»

LOURDES BORONDO, JEFA DE SEGURIDAD Y CALIDAD DE LA CENTRAL NUCLEAR DE COFRENTES

Textos: Matilde Pelegrí | Fotografías y video: Grupo SENDA

 

ENTREVISTA COMPLETA
La central nuclear de Cofrentes recibió, el pasado mes de marzo, la autorización de explotación hasta noviembre de 2030.

Finalizaban así tres años de trabajo intenso para elaborar el proyecto de Renovación Periódica de Seguridad y todos los documentos necesarios para continuar con la operación de la planta.

Al frente de este proyecto ha estado la jefa de Seguridad y Calidad de C.N. Cofrentes, Lourdes Borondo, con quien analizamos sus aspectos más relevantes. Y también hablamos del papel de las profesionales en el sector.

Me he sentido superorgullosa, porque la organización se ha volcado, y ha habido un compromiso por parte de todos.

EL PROYECTO DE RENOVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN DE EXPLOTACIÓN

La autorización de explotación de las centrales nucleares en España se ha concedido, tradicionalmente, para periodos de diez años. Sin embargo, la renovación de autorización de explotación concedida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) a la central nuclear de Cofrentes ha sido hasta el 30 de noviembre de 2030. ¿Por qué es diferente el periodo?

La solicitud se ha realizado por un periodo un poco inferior a los diez años, desde marzo de 2021 hasta noviembre de 2030, porque está de acuerdo con el protocolo acordado entre Enresa y los propietarios eléctricos para el cierre ordenado de las centrales, en el periodo 2025-2035, según se aprobó en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030). La fecha que corresponde a Cofrentes, según ese plan de cierre ordenado, es noviembre de 2030.

Usted ha liderado este proyecto que, sin duda, es uno de los más importantes, tanto para la compañía propietaria de la central, Iberdrola, como para el conjunto del sector. ¿Cuáles fueron los primeros pasos en este proceso?

El permiso de explotación que teníamos en vigor para Cofrentes iba desde 2011 hasta marzo de este año. En la propia autorización se indicaba que un año antes del vencimiento había que solicitar una renovación de esta autorización de explotación. Según nuestros manuales de funcionamiento, la responsabilidad de coordinar toda la renovación de autorización recae en la Unidad de Seguridad y Licencia y, por lo tanto, he sido yo quien ha liderado todo el proceso.

Para solicitar la renovación era imprescindible presentar una Revisión Periódica de la Seguridad, que es un estudio realizado con una metodología que establece el Consejo de Seguridad Nuclear en las Instrucciones Técnicas correspondientes, basada en la Guía de Seguridad 1.10, revisión 2, que a su vez está basada en la guía del OIEA SSG 25.

Esta era una nueva forma de hacer una Revisión Periódica de la Seguridad, - a la que me referiré a partir de ahora como RPS -, con un formato de autoevaluación.

Por lo tanto, el primer paso para llevar a cabo esta RPS fue aterrizar la metodología a seguir en la central para realizar esta autoevaluación de acuerdo con las líneas generales de la guía de seguridad.

Siendo una metodología nueva, ¿hubo previamente algunas iniciativas del sector para unificar criterios entre todas las centrales?

En efecto, se hizo un trabajo sectorial previo a que tuviéramos que empezar a realizar las RPS por parte de las centrales, para definir una metodología homogénea y que sacara partido de los procesos que ya están establecidos en las centrales y facilitara hacer esa autoevaluación de forma rigurosa y sistemática.

¿Cuáles fueron los pasos siguientes y cuál era el objetivo principal?

El primer paso era elaborar un documento base, que presentamos al Consejo de Seguridad Nuclear para aprobación. Con él  se inició la realización de la RPS, que ha sido un proceso de tres años, entre la elaboración de la documentación y el porceso de evaluación posterior por el CSN, que ha involucrado a prácticamente a toda la organización de Iberdrola Generación Nuclear.

Ha sido una evaluación en profundidad, en todos los aspectos de seguridad nuclear y protección radiológica de la central, de los diez años que ha estado operando en el periodo de autorización de explotación, y con una proyección hacia la seguridad en la operación del nuevo periodo que se estaba solicitando.

El objetivo era compararse con los mejores estándares de seguridad de la industria, de los reguladores, y de las asociaciones de operadores nucleares, así como las mejores prácticas que podíamos encontrar en la industria nuclear. Y con todo eso poder demostrar que nuestra central tenía unos altos estándares de fiabilidad y seguridad, como hemos podido hacer, y que además se iban a ver reforzados en el futuro con una serie de propuestas de mejora que se han identificado a través de ese análisis.

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