En enero de 2005, ENRESA obtuvo la autorización de la fase de latencia de la instalación, y se mantendrá así por un periodo de 25 años, tiempo durante el cual decaerá de forma natural la radiactividad de sus estructuras internas, haciendo posible a continuación su desmantelamiento total en condiciones óptimas de seguridad.
Durante todo este tiempo, siendo ENRESA la empresa titular de la instalación, se realizan actividades de vigilancia y mantenimiento periódicas, a fin de garantizar la seguridad de las estructuras, sistemas y equipos que aún permanecen en el emplazamiento. De igual manera, y cada cinco años, se realizan pruebas que sirven para garantizar y verificar la seguridad del cajón del reactor. Las últimas pruebas se llevaron a cabo durante el año 2020.
Entre otras, se realizan pruebas para determinar los grados de corrosión de diferentes estructuras metálicas asociadas al edificio del cajón del reactor, las cuales se han llevado a cabo tanto sobre las estructuras internas existentes en el interior del cajón, como sobre las armaduras del hormigón armado de la estructura principal y la estructura metálica del edificio que sirve como envolvente para la protección de la intemperie.
Todas las pruebas e inspecciones se realizan en el marco del Plan de Vigilancia y las Especificaciones Técnicas vigentes en la instalación, que son de obligado cumplimiento, y siempre bajo el marco normativo aplicable a cada una de las actividades.
Los resultados obtenidos tras la realización de las pruebas demuestran que todas las estructuras metálicas asociadas al cajón del reactor conservan un grado de conservación adecuado, no existiendo en ningún caso riesgo alguno para la integridad estructural del edificio.