Unai Cano

IDOM NS FRANCIA

Textos: Beatriz Lamela Pascua| Fotografías: Unai Cano

Unai Cano, MSc en Ingeniería Industrial con especialidad en Ingeniería Nuclear y Radiológica y MSc en Sistemas Energéticos, comenzó a trabajar en IDOM NS en 2016 en proyectos para el sector nuclear. Actualmente participa en el proyecto Suministro de los sistemas de detección de fugas del vacío primario y del criostato del ITER para F4E (Fusion for Energy). Esto le ha llevado a instalarse recientemente en Grenoble (Francia), a pesar de la pandemia. Actualmente trabaja en las oficinas de 40-30, empresa francesa con la que colabora en el desarrollo de este proyecto.

Jonathan, Chema y Unai de excursión a Les cuves de Sassenage.

¿Cuántos años llevas en tu actual puesto de trabajo?, ¿cuáles son tus responsabilidades?

Nada más acabar mi estancia en el extranjero por el programa Erasmus (Gävle, Suecia), me surgió la oportunidad de trabajar en el departamento nuclear de IDOM. De eso hace casi ya cinco años.

Desde que me incorporé, el departamento no ha dejado de crecer, sobre todo con perfiles jóvenes y soporte de personas expertas. En estos años, he desarrollado mi carrera profesional junto a compañeros con muchos años de experiencia en diversas ramas, lo que me ha permitido ser capaz de desenvolverme a día de hoy en varios ámbitos.

Mis responsabilidades han ido variando según iba ganando conocimiento y experiencia. Empecé dando apoyo a los cálculos de neutrónica del proyecto ITER colaborando con el departamento de análisis avanzados de IDOM. Hoy, y tras haber trabajado para diferentes clientes y varios tipos de proyecto, me encuentro de nuevo trabajando para este proyecto (ITER). Además de realizar tareas técnicas en el ámbito del blindaje/transporte de radiación, también me he ocupado de tareas transversales dentro del departamento nuclear de IDOM en la sección de I+D+i, impulsando proyectos internos y, más recientemente, en la implementación de un LMS (sistema de gestión del aprendizaje) para la enseñanza interna de los compañeros del departamento.

Descansando en la subida a La Pinéa (1771 m) para admirar las vistas.

¿Cuáles son las principales actividades de tu cargo actual?

En la actualidad estoy participando en el proyecto del desarrollo del sistema de fugas para ITER (LDS, Leak Detection System) en un consorcio con otras dos empresas: 40-30 (empresa francesa experta en vacío) y GUTMAR (empresa española especializada en mecánica de precisión y montaje).

Debido a la responsabilidad y riesgo de un proyecto entregado ‘llave en mano’, desde IDOM como líder del consorcio, decidimos reforzar el apoyo a 40-30 ya que requerían soporte en una etapa de mucha carga laboral. Por ello me trasladé a Grenoble, Francia, para trabajar en sus oficinas.

Entre otras cosas, coordino las actividades transversales y gestión de interferencias enlace entre las empresas del consorcio, superviso las tareas asignadas a 40-30, y gestiono la comunicación técnica con los proveedores de varios equipos junto para la realización de la calificación de los mismos en el ambiente nuclear y de campo magnético de ITER, entre otros.

¿Cómo influyó el traslado en tu vida familiar/personal?

Llevo desde principios de año en Grenoble, y esto me ha supuesto un cambio bastante fuerte pero ilusionante: idioma, relación familiar, amistades… Las restricciones impuestas en Francia a causa de la COVID-19 han hecho más desafiante mi estancia durante estos meses.

Mi nivel de francés era casi inexistente cuando llegué y creo que algo he mejorado, considerando las circunstancias. Tener la vida social limitada, tampoco favorece el aprendizaje de otro idioma, ya que en el día a día trabajo en inglés por requerimientos del proyecto.

En lo relativo a las amistades, Grenoble es una ciudad universitaria con muchos jóvenes y un ambiente de investigación que atrae de la misma manera a profesionales jóvenes. Tuve la buena suerte de encontrar un grupo de españoles con los que hacer planes los fines de semana: ir al monte, dar un paseo por la ciudad, hacer comidas…

En lo que respecta a la familia y a los amigos, los he dejado en Bilbao. De todas formas, hoy en día es muy sencillos mantener el contacto por lo que no me ha afectado mucho (de momento).

Chamechaude, el pico más alto del macizo de Chartreuse (2082 m).

¿Cuáles son los aspectos más significativos de tu trabajo?

Nunca había trabajado antes en un proyecto con que involucrara tecnología de ultravacío y, por ello, ha sido un reto. Me he tenido que familiarizar con conceptos que desconocía, equipos especializados de los que no había oído hablar, etc. El proyecto, además, aborda muchas disciplinas: mecánica, I&C, montaje, fabricación, magnetismo…

Si tuviese que destacar algo en particular, haría mención a la complejidad del proyecto en lo relativo a la gestión interdisciplinar y la criticidad inherente a un proyecto ‘llave en mano’ manteniendo la seguridad en el diseño, fabricación, instalación y puesta en marcha en los plazos y costes estipulados. Cualquier cambio de diseño que haya que realizarse por necesidades de proceso afectan directamente al resto de las disciplinas y un cambio menor, puede tener una afección grande en el proyecto. Esto no solo ocurre de manera interna en nuestro consorcio, sino también con nuestro cliente F4E e ITER en última instancia. Tenemos siempre que tener en consideración que cualquier cambio afecta a otros proyectos en los que no tenemos control.

Mamadou, Unai y Pierre-Aimé en las oficinas de 40-30 en Grenoble.

¿Qué detalles echas en falta de España?

No me ha dado tiempo de echar de menos muchas cosas, pero, aunque España y Francia sean países muy cercanos geográficamente, siempre hay diferencias que hacen que eches de menos las pequeñas cosas del día a día. Especialmente la gastronomía.

Además, las restricciones en Francia por la pandemia están siendo más duras que en España. Que la hostelería lleve cerrada meses y que el toque de queda sea a las siete de la tarde se hace duro, sobre todo cuando ves que tus amigos en Bilbao están disfrutando de las terrazas.

No me gustaría tampoco olvidarme de mis compañeros de piso de Bilbao. El hecho de estar viviendo ahora solo me ha llevado a apreciar, más si cabe, su compañía en este periodo tan particular.

Disfrutando de una raclette espectacular en casa de Claire.

¿Invitas a los jóvenes y no tan jóvenes a que amplíen su horizonte profesional fuera de nuestras fronteras?

¡Por supuesto! Aun en estas circunstancias de pandemia que estamos viviendo, la experiencia de vivir en el extranjero sigue siendo enriquecedora.

El reto de realizar un proyecto a nivel internacional fuera de tu país es una experiencia extremadamente positiva tanto a nivel personal como profesional, aconsejable a cualquier joven con proyección de futuro.

 

¡Recibe nuestra newsletter!

    Los datos facilitados por usted son tratados por Sociedad Nuclear Española conforme al Reglamento UE 2016/679 de Protección de Datos, con la finalidad de gestionar sus peticiones, responder consultas, trámite administrativo, estadístico y el envío de comunicaciones de SNE, sobre su actividad, eventos, etc. No está prevista la cesión de datos (salvo precepto legal) ni transferencias internacionales de datos; y a través de la Política de Privacidad dispone de todos los derechos que le asisten en materia de privacidad.