El Consejo de Seguridad Nuclear, como todos los organismos, empresas y administraciones públicas, ha tenido que lidiar con la nueva realidad pandémica, con la complejidad añadida que las actividades que supervisa, como organismo regulador, afectan a la seguridad nuclear y la protección radiológica.
A lo largo del presente artículo se explica cómo ha enfrentado esta situación el Consejo, desde la declaración del primer estado de alarma hasta nuestros días. Se detallan los retos con los que se ha ido encontrado el CSN, tanto para mantener con relativa normalidad su funcionamiento general como el de las actividades de supervisión que tiene encomendadas, exponiéndose las principales medidas adoptadas.
Con el 85 % de su plantilla trabajando desde sus domicilios, el CSN aplicó un plan de contingencia que garantizara el funcionamiento de la organización y diera continuidad a sus funciones en relación con la seguridad nuclear y la protección radiológica, contribuyendo a su vez a preservar el funcionamiento de las infraestructuras críticas, entre las que se encuentran las centrales nucleares.
Como se puede constatar en el artículo, el desafío ha sido doble porque primero hubo de crear las condiciones adecuadas para garantizar el teletrabajo y la disponibilidad de los medios necesarios con los que poder desarrollar la actividad diaria. Y, posteriormente, las distintas unidades debieron adoptar medidas para optimizar la actividad.
Asimismo, pese al confinamiento y la distancia, la dirección del CSN (el Pleno con su presidente, los consejeros, el secretario general y los directores técnicos) ha mantenido videoconferencias prácticamente diarias. De hecho, en todo el organismo, tan solo desde el mes de marzo hasta octubre se mantuvieron más de más de 7200 reuniones telemáticas de trabajo.
En todo caso, las medidas para la organización y el desempeño del trabajo específico del organismo regulador, como son la supervisión de las instalaciones nucleares y radiactivas, la emisión y propuesta de reglamentación y normativa, la concesión de licencias de personal o la información a la opinión pública y al Parlamento, han permitido que éstas actividades se hayan podido desarrollar con normalidad pese a las dificultades del teletrabajo y la situación de crisis sanitaria.