Pablo Rodríguez Fernández

CIENTÍFICO E INVESTIGADOR EN EL CENTRO DE CIENCIA DE PLASMAS Y FUSIÓN DEL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MASSACHUSETTS (MIT)

Textos: Beatriz Lamela Pascua| Fotografías: Pablo Rodríguez Fernandez

Soy Pablo Rodríguez Fernández, ingeniero industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid. Tras completar la carrera y realizar un máster en Ingeniería Mecánica en Filadelfia (Estados Unidos) con tesis final en Milán (Italia), me adentré en el mundo de la energía de fusión y la física de plasmas. En 2015 comencé el doctorado en este tema en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Boston. Ahora como científico investigador trabajo en entender y predecir la física de los plasmas en tokamaks. Colaboro con laboratorios europeos y estadounidenses para realizar experimentos de fusión, y trabajo activamente en el proyecto SPARC, colaborando con la empresa privada Commonwealth Fusion Systems, con la que esperamos producir, por primera vez, energía neta por fusión en los próximos años.

Pablo fue nombrado el pasado Diciembre por la revista Forbes como uno de los 30 científicos menores de 30 años más prometedores del mundo. © Forbes.

¿Cuántos años llevas en tu actual puesto de trabajo? ¿Cuáles son tus responsabilidades?

En mi actual puesto de trabajo como científico e investigador llevo apenas cinco meses. Trabajo en el Centro de Ciencia de Plasmas y Fusión (PSFC, por sus siglas en inglés) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Sin embargo, llegué al Centro hace seis años. Empecé como estudiante de doctorado, seguido por una estancia posdoctoral que duró dos años, y hasta ahora con contrato permanente.

Mis labores de investigación consisten en estudiar la física del núcleo de los reactores de fusión de tipo tokamak, mediante modelado computacional y validación con experimentos. Lidero el grupo de modelado integral de experimentos de fusión del PSFC, y tengo unos pocos estudiantes de doctorado trabajando conmigo. Al mismo tiempo, dedico aproximadamente la mitad de mis horas de trabajo a una colaboración con la empresa Commonwealth Fusion Systems (CFS). Les ayudo a predecir cuál será el rendimiento de su nuevo tokamak, llamado SPARC, que esperamos tener operativo en 2025 y que será el primero en producir energía neta en el plasma. Además, hago labores de optimización con herramientas de machine learning para que el diseño sea lo más económico posible.

Acto de entrega de los premios alumni de la ETSII, junto a la exministra Elena Salgado. © ETSII UPM.
Pablo presentando su trabajo de doctorado en la prestigiosa conferencia internacional de energía de fusión del OIEA, celebrada en 2018 en India.

¿Cuáles son las principales actividades de tu cargo actual?

Mis actividades de investigación consisten en obtener datos experimentales en tokamaks operativos alrededor del mundo (como ASDEX Upgrade en Alemania, y JET en Reino Unido) y compararlos con los resultados de simulaciones por ordenador con nuestros modelos más avanzados. De esta forma podemos entender qué tipo de física y modelos debemos incluir en nuestras simulaciones para que sean rigurosas. En mi día a día escribo código y construyo herramientas de análisis para realizar estas actividades, así como me dedico a escribir artículos para revistas científicas, preparo seminarios para universidades, o me encargo del mentoría de estudiantes.

En mis labores de colaboración con el proyecto SPARC, realizo simulaciones de transporte de partículas y energía y de magnetohidrodinámica, cuyos resultados son utilizados por otros científicos del proyecto para determinar cómo diseñar mejor y de forma más barata los diferentes componentes de la máquina.

Pablo conversando con Jalis de la Serna en el capítulo “El Laboratorio del Futuro” del programa Enviado Especial de la Sexta.

¿Cómo influyó el traslado en tu vida familiar/personal?

Mi primer traslado fue en 2013, aún como estudiante de quinto año de Industriales. Fue un intercambio de doble grado con la universidad de Drexel, en Filadelfia (Estados Unidos). Por supuesto, mi estilo de vida cambió radicalmente, ya que pasé de vivir en la casa de mis padres en Madrid, a vivir por mi cuenta, totalmente independizado, y en otro país. Culturalmente me sorprendieron muchos aspectos de la vida americana, y dado que llevo viviendo fuera desde entonces, mi forma de pensar y mi vida personal han cambiado.

El traslado a Filadelfia fue, de lejos, el más influyente. Después estuve un año en Italia, y luego vine a Boston, donde vivo desde entonces. El vivir fuera de tu país de origen hace, además, que quieras dedicar la mayoría de tus vacaciones a volver a visitar a los tuyos y estar rodeado de tu cultura. Posiblemente, este es un cambio importante comparado con, por ejemplo, si eligiera quedarme a vivir en España.

Pablo recibiendo el premio Manson Benedict a la excelencia académica, de manos del director Dennis Whyte. © MIT NSE.

¿Cuáles son los aspectos más significativos de tu trabajo?

La parte que considero más significativa de mi trabajo es la posibilidad de contribuir a un proyecto que tiene el potencial de cambiar el mundo en las próximas décadas. Ya estamos viviendo muchas de las consecuencias del cambio climático, que irán a peor en los próximos años. El desarrollo de la energía de fusión como alternativa a la quema de combustibles fósiles, y complementaria a la energía nuclear y renovables, es muy prometedora. Sin embargo, a pesar de todas sus ventajas, y tras décadas de desarrollo, aún queda mucho por hacer. El primer paso será construir una máquina que nos permita estudiar los plasmas en condiciones de quemado, es decir, plasmas que produzcan más energía por reacciones de fusión que la que consumen, y que además se autocalienten. En el MIT, y en particular, en el proyecto SPARC, queremos hacer esto lo antes posible, para que la fusión tenga posibilidades de ayudar a combatir el cambio climático. Estoy, desde mi perspectiva, en el mejor lugar del mundo para contribuir a la fusión y cambiar el mundo. Y esto hace que esté motivado en mi día a día.

Pablo explicando el funcionamiento de los tokamaks en una actividad de divulgación en MIT. © Irene de la Torre

Además de estos aspectos, también destacaría trabajar con estudiantes del MIT, con mucha motivación y académicamente excelentes. Y trabajar además en un ambiente extraordinariamente internacional, con científicos de todo el mundo, y con colaboraciones con casi todas las instituciones que trabajan en la energía de fusión.

¿Qué detalles echas en falta de España?

>Echo de menos a mi familia y amigos de Madrid, sobre todo por lo difícil que ha hecho la pandemia viajar y visitar España. Echo también en falta ciertos aspectos de la cultura española, como la cercanía de las amistades que se forman, y temas como el clima (comparado sobre todo con el frío de Boston). Las ciudades y el estilo de vida también se echan de menos. En Estados Unidos, la dependencia del coche es casi absoluta en la mayoría de ciudades, y la gente no camina, por poner un ejemplo.

El hecho de vivir en Boston en particular también trae un problema de “inestabilidad” de las amistades. Al ser un lugar con muchas universidades, es una ciudad joven y muy dinámica. Tras unos pocos años, la mayoría de los amigos que hemos hecho en Boston se han ido a otros lugares del mundo o del país. Tanto internacionales como estadounidenses, y tanto las amistades de dentro o fuera del trabajo, Boston ha sido una ciudad de paso en sus vidas. Echo de menos la estabilidad de un grupo de amigos que vivan un tiempo suficientemente largo en el mismo sitio geográfico.

Pablo presentando sus últimos resultados en la reunión anual de expertos en fenómenos de transporte en plasma.

¿Invitas a los jóvenes y no tan jóvenes a que amplíen su horizonte profesional fuera de nuestras fronteras?

Sin duda alguna. Creo que tener una experiencia internacional, ya sea en la época de estudiante como en la profesional, es muy enriquecedor. Las habilidades que se desarrollan llevando a cabo una estancia internacional, como temas del idioma o acostumbrarte a cómo se hacen ciertas cosas fuera de tu país (propinas, seguro médico, pocas vacaciones, hábitos alimenticios, horarios, etc.) te hace crecer como persona y como profesional. Además, el hecho de vivir fuera por un tiempo, te da una perspectiva diferente de las cosas que consideras normales en tu día a día en España, y a valorar más las cosas de tu alrededor.

¡Recibe nuestra newsletter!

    Los datos facilitados por usted son tratados por Sociedad Nuclear Española conforme al Reglamento UE 2016/679 de Protección de Datos, con la finalidad de gestionar sus peticiones, responder consultas, trámite administrativo, estadístico y el envío de comunicaciones de SNE, sobre su actividad, eventos, etc. No está prevista la cesión de datos (salvo precepto legal) ni transferencias internacionales de datos; y a través de la Política de Privacidad dispone de todos los derechos que le asisten en materia de privacidad.