Textos y Fotografías: Alejandra Cuesta Morales
Alejandra es ingeniera industrial por la Universidad Politécnica de Valencia y cursó especialidad en ingeniería nuclear. Las clases de física nuclear con el profesor José Luis Muñoz-Cobo le apasionaron, y fueron el detonante para decidir su especialidad y a qué se quería dedicar.
Al acabar la carrera decidió buscar trabajo en Alemania, con el fin de poner en práctica el idioma y vivir una experiencia en el extranjero. Tenía experiencia en análisis de seguridad mediante códigos neutrónicos y termohidráulicos, que había adquirido durante su proyecto final de carrera. Decidió continuar esta experiencia y se incorporó a GRS, la organización de seguridad nuclear que, junto con el ministerio correspondiente, conforma el organismo regulador nuclear alemán. Allí trabajó casi nueve años, en los que colaboró con varios reguladores nucleares en el análisis determinístico de seguridad de numerosos reactores europeos. Los últimos cuatro años fue la responsable de los proyectos de licenciamiento de nuevos reactores en Reino Unido en apoyo del regulador británico, y contribuyó en la evaluación de seguridad los reactores EPR, AP100, ABWR y HP1000. Habiendo alcanzado un nivel alto en análisis de seguridad y licenciamiento de nuevos reactores, decidió salir de la zona de confort y cambió la fisión por la fusión y el sector público por la industria privada en búsqueda de nuevos desafíos. La constante ha sido Múnich, en la que reside desde que se mudó a Alemania, y que ha puesto el listón tan alto que resulta difícil abandonarla.
¿Cuántos años llevas en tu actual puesto de trabajo, cuáles son tus responsabilidades?
Desde hace menos de un año soy Nuclear Safety Manager en la start-up munichesa Marvel Fusion, que persigue una vía innovadora para la aplicación comercial de la fusión nuclear por confinamiento inercial. Es un privilegio y una inspiración cada día poder trabajar con un equipo tan brillante y motivado, en la vanguardia de la ciencia de hoy, y con un objetivo de impacto general como es proporcionar al mundo energía limpia, segura y abundante.
Entre mis responsabilidades se encuentra desarrollar un concepto integral de seguridad para nuestra primera instalación láser y nuestra futura central prototipo, y ayudar a dar forma a la primera normativa sobre fusión nuclear en el país.
¿Cuáles son las principales actividades de tu cargo actual?
Soy la responsable de todos los aspectos relacionados con la seguridad nuclear y el cumplimiento regulatorio. Estamos trabajando en el diseño de nuestra primera instalación láser para demostrar nuestra tecnología a los inversores, así como el diseño de nuestro primer reactor prototipo. En ambos proyectos soy la responsable del diseño de los sistemas seguridad y la protección radiológica.
Para el proyecto de la primera planta láser, mis principales actividades incluyen estimar y optimizar el término fuente, cálculo de dosis, diseño de blindajes, aplicación de códigos Monte Carlo, evaluación y selección de los materiales desde el punto de vista de la posible activación, diseño de nuestro laboratorio de isótopos y manipulación segura del tritio, entre otras cosas. Mis actividades más administrativas se centran en la solicitud y gestión del proceso de licenciamiento, la comunicación con el organismo regulador y el seguimiento de la protección radiológica de mis compañeros.
Nuestro proyecto de reactor prototipo se encuentra en un nivel de madurez tecnológica inferior, por lo que mis actividades en esta área tienen un alto grado de investigación. Junto con el equipo responsable del reactor, trabajo en el desarrollo de distintos diseños conceptuales y su evaluación de seguridad. Estamos construyendo algo nuevo, que nunca nadie ha hecho antes, lo cual es apasionante y a la vez un gran reto desde el punto de vista técnico, ya que no existe apenas información publicada al respecto. Nuestras discusiones técnicas y brainstormings son altamente creativas e interesantes.
¿Cómo influyó el traslado en tu vida familiar/personal?
El traslado fue el comienzo de mi pequeña familia internacional. Me vine yo sola recién terminada la carrera. Siempre es difícil dejar atrás familia y amigos, pero disfruté mucho la aventura y los primeros años de trabajo. Tenía amigos aquí e hice mucha piña con mis compañeros de trabajo. Y desde el principio siempre que puedo viajo a España para ver a la familia, varias veces al año.
Mi marido, James, es inglés. Estuvimos casi cuatro años a distancia hasta que él y su hija pequeña Harriet se vinieron a vivir conmigo. El primer año aquí fue duro para James, ya que tuvo que adaptarse a un nuevo país, sin conocer el idioma, y encontrar nuevo trabajo. Harriet se adaptó como una campeona, y aprendió alemán con una facilidad impresionante. Ampliamos la familia con el pequeño Sebastian. Ahora estamos los cuatro completamente integrados. En casa hablamos español e inglés, y los peques son trilingües y entre ellos hablan alemán, lo cual es muy divertido. Nuestro perro Kendal completa nuestra familia sin fronteras.
¿Cuáles son los aspectos más significativos de tu trabajo?
Como responsable de seguridad en un ámbito nuclear, lo más importante de mi trabajo es garantizar la seguridad de mis compañeros y de nuestras instalaciones. Dado que nuestras instalaciones están aún en proyecto, por ahora estoy más centrada en el diseño de los sistemas, funciones y procesos necesarios para garantizar la seguridad.
He aprendido mucho en estos últimos meses de la cultura start-up, y valoro que la forma de trabajo es muy dinámica, permite una gran libertad y se siente gran motivación por el proyecto. Me uní al equipo cuando éramos menos de 50, y he visto en poco tiempo cómo hemos crecido, implementado nuevos procesos, celebrado importantes logros y colaborado más allá de nuestros roles con un objetivo común.
¿Qué detalles echas en falta de España?
Echo de menos a mi padre, a mi uncle y a mis amigas. Nos hacemos más mayores y también los niños crecen, la distancia a los abuelos pesa cada vez más. Además, ahora dividimos las vacaciones entre España y Reino Unido, así que nos vemos menos. Nos llamamos mucho. También bastantes amigos que estaban fuera han vuelto a casa. Todo ello tira mucho, pero las condiciones de trabajo o los beneficios familiares de aquí no los tenemos en España.
También echo de menos la comida, el verano interminable, las horas de sol y el mar. Aquí el verano se hace muy corto, y los días también. Se vive menos después del trabajo.
¿Invitas a los jóvenes y no tan jóvenes a que amplíen su horizonte profesional fuera de nuestras fronteras?
Sin duda. En mi caso, desarrollar mi carrera en Alemania me ha permitido trabajar en proyectos muy interesantes a nivel europeo, y ahora puedo decir que dedico mis días laborales al proyecto más relevante y con más impacto en el mundo de la energía actual, la fusión nuclear. Además, vivir en Múnich permite disfrutar de los Alpes, naturaleza y paisajes preciosos, una gran oferta cultural y la cercanía muchos países centroeuropeos.
Recomiendo encarecidamente pasar una temporada en el extranjero. Conocer nuevas culturas e idiomas amplía nuestro horizonte personal y profesional, y nos enriquece a todos los niveles. Nos obliga a salir de nuestra zona de confort y afrontar nuevos retos. Nos ayuda a abrir nuestra mente y vivir más intensamente. El mundo es muy grande y está lleno de experiencias a nuestro alcance.
