Nuclear Sí,
también en la medicina, los alimentos y el arte

JUNTA DIRECTIVA DE LA SOCIEDAD NUCLEAR ESPAÑOLA

La Sociedad Nuclear Española ha publicado recientemente el Manifiesto en defensa de las centrales nucleares como fuente de energía estratégica en España, pero su papel va mucho más allá y debe reivindicarse el papel de lo nuclear en ámbitos como la medicina, la alimentación, la agricultura o del cuidado del patrimonio artístico, un complejo ecosistema en el que se hibridan los centros de investigación, los hospitales, la industria o las universidades. Un ecosistema que debemos preservar.

Palabras como TAC, radiografía o radioterapia nos resultan familiares a casi todos y será porque en algún momento hemos recurrido a alguna de estas tecnologías en una revisión o cita médica. La medicina nuclear utiliza radiaciones ionizantes para obtener una imagen interna del cuerpo y poder aplicar un tratamiento adecuado para la enfermedad. Las imágenes obtenidas pueden detectar tumores, aneurismas, flujo sanguíneo irregular, trastornos de las células sanguíneas o mal funcionamiento de los órganos. Del mismo modo se utilizan también como tratamiento frente a enfermedades como el cáncer por su capacidad de destruir las células malignas.

Nos interesa por tanto seguir insistiendo en la divulgación en materia nuclear en su sentido más amplio, una prioridad para hacer ver y hacer comprender que estas otras aplicaciones tan necesarias son la parte de un todo: la energía nuclear. Nos sentiremos satisfechos en ese momento en el que la sociedad y la opinión pública destierren la percepción negativa hacia la energía nuclear, pero siempre con datos, con información y con transparencia.

Hace unas semanas, se publicó una noticia de esas tan escasas en los medios de comunicación generalistas o especializados en otras cuestiones que no sean de ciencia y salud: las centrales nucleares Almaraz-Trillo junto con Framatome están estudiando cómo la producción nuclear puede ayudar a tratar el cáncer. Y lo están haciendo con un proyecto pionero para analizar la viabilidad técnica y económica para producir lutecio-177, un isótopo utilizado frecuentemente en oncología de precisión para un número creciente de diferentes tipos de cánceres y sin afectar a los tejidos sanos. Se trata de una producción incipiente que convertiría a España en uno de los países pioneros de todo el mundo en producir este isótopo.  Este proyecto que acabamos de esbozar se suma a otros muchos que, gracias a la energía nuclear, nos permiten avanzar como sociedad. Y solo es en el campo de la medicina, en la agricultura, el arte o la industria encontramos muchos otros usos de las radiaciones y la tecnología nuclear todavía muy desconocidos por la sociedad.

Lo proclamamos a los cuatro vientos: nos encantaría participar en más comités de expertos, en el Congreso, en el Senado, en todos aquellos lugares en los que se toman decisiones relevantes para el futuro y porque estamos empeñados en, con rigor y datos, mudar la percepción social de la energía nuclear y desterrar muchos de los mitos que se sustentan en falacias y que juegan con el desconocimiento generalizado sobre todo lo que lleva el apellido “nuclear”. Seguiremos trabajando, creemos que estamos en el buen camino para, con información y constancia derribar mitos y construir realidades.

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