Funcionamiento y generación estable prácticamente el 90% de las horas del año, un 20% de la electricidad consumida de producción y 20 millones de toneladas de CO2 menos en emisiones. 54.275,01 GWh con una potencia instalada de 7.117 MW, tan solo un 5,71% del total del parque de generación. Este es el resumen de los contundentes datos de operación de los siete reactores nucleares que a día de hoy tenemos operativos en España.
Hablamos de garantía de suministro y de estabilidad por sus balances de funcionamiento, de energía eléctrica que contribuye a la lucha contra el cambio climático y de un nada despreciable 20,34% de producción eléctrica neta. Estos son los datos y en ellos difícilmente se puede encontrar la respuesta a la pregunta de ¿cuál es la razón para cerrar las centrales nucleares?
La industria nuclear española y los profesionales que trabajamos en ella pedimos que, sin más demora, se replantee el calendario de cierre de las centrales nucleares españolas. No somos los únicos en decirlo, pero caiga o no en saco roto, tampoco nos cansaremos de hacerlo.
La seguridad de las centrales nucleares, con un funcionamiento estable prácticamente las 24h del día todos los días del año y con la permanente supervisión independiente del Consejo de Seguridad Nuclear, lleva mucho tiempo sin ser motivo de duda. Su viabilidad ha sido avalada por sus propietarias y la percepción social, aunque mayoritariamente sigue siendo contraria a estas instalaciones, ha ido virando claramente estos últimos años hacia un “sí” a la continuidad en la operación.
La supuesta dicotomía entre energías renovables y energía nuclear es tan solo un mantra de los que se están quedando sin otros argumentos, pues ambas fuentes de generación se complementan perfectamente y nos permiten avanzar de manera robusta hacia un futuro descarbonizado. La gestión del combustible gastado es un tema técnicamente resuelto desde el inicio de la operación de estas instalaciones (el combustible utilizado se está almacenando en las propias centrales desde su puesta en funcionamiento) y el único debate sobre su modelo futuro se juega en el terreno político y en la necesidad de toma de decisiones por parte de la Administración responsable.
Con todo lo escrito hasta aquí se puede defender en cualquier foro la continuidad de la operación de las centrales nucleares españolas cuyo mantenimiento y mejora se realiza de manera escrupulosa con una inversión anual que puede establecerse en los 30M€ al año de media por reactor. Estas instalaciones tienen además al frente unos equipos humanos preparados y formados para seguir operándolas mucho más allá del 2035.
Por si todo esto no fuese suficiente, la mayor parte de los países europeos han apostado ya por la operación a largo plazo de sus reactores y por la construcción de nuevos reactores y es por eso que nos estamos quedado muy solos en una senda en la que únicamente nos ha precedido Alemania con unos resultados que distan mucho de ser ejemplares o un referente.
Somos generadores de energía eléctrica verde, aportamos estabilidad y garantía de suministro y nuestras instalaciones y nuestros profesionales están preparados para continuar formando parte de la cesta energética de este país.
El cierre nuclear es tirar por la borda un recurso más que valioso para todos los ciudadanos de este país, perder tecnología y conocimiento y condenar muchos puestos de trabajo sin que exista una razón, más allá de caducos planteamientos ideológicos, para hacerlo.
