Textos y Fotografías: Cristina Israelsson Hilario
Cristina Israelsson Hilario estudió Ingeniería Técnica de Minas y Máster de Ciencia y Tecnología Nuclear en la Universidad Politécnica de Madrid. Después de unos años trabajando para Iberdrola en el APS de incendios de Cofrentes, decidió dar el salto internacional a Bélgica. Llegó a Bruselas en 2016 para trabajar en el APS nivel 1 de incendios de las centrales de Doel y Tihange, para después moverse al grupo de accidentes severos de la misma compañía.
Además, está involucrada en el grupo de Women in Nuclear Spain, donde apoya al grupo de comunicación en redes sociales: entre otros, ha participado en la cuenta NuclearSi donde se acerca la energía nuclear al público general, de una forma amena y desenfadada.
¿Cuántos años llevas en tu actual puesto de trabajo?, ¿Cuáles son tus responsabilidades?
Llevo siete años en Tractebel, y desde 2019 en el grupo de Accidentes Severos como Ingeniera de Proyectos. Estoy asignada principalmente al mantenimiento del APS de nivel 2 de las centrales belgas, aunque también participo en proyectos de investigación internacionales y en el mantenimiento de las guías de gestión de accidentes severos.
¿Cuáles son las principales actividades de tu cargo actual?
El mantenimiento del APS de segundo nivel requiere mantenerse al día de la investigación y regulación en materia de accidentes severos. Actualmente, esto incluye realizar los análisis en caso de riesgos internos (incendios, inundaciones) y externos (seísmos, inundaciones externas) de las centrales nucleares belgas, y realizar estudios deterministas de simulación de accidentes (como MELCOR o ASTEC). A diferencia del nivel 1 de APS, más centrado en frecuencias de fallo de equipos, el nivel 2 requiere mucha información que proviene de la investigación, de tests y literatura, y hay unos grandes niveles de incertidumbre. Sin embargo, estos estudios deben tener un nivel de credibilidad y solidez suficiente para asegurar al regulador la seguridad de las centrales.
Aparte, mantengo las guías de gestión de los accidentes severos para las unidades de Tihange. En este sentido, también participamos en los simulacros de la aplicación de los planes de urgencia interna.
También participamos en numerosos proyectos de investigación internacionales (OECD, IAEA, EU…).
¿Cómo influyó el traslado en tu vida familiar/personal?
He vuelto a España tanto como he podido para ver a la familia y amigos, y es que hay muchos momentos de soledad, más al principio. Conforme ha pasado el tiempo y me he ido enraizando más en Bélgica, las cosas cambian: te acostumbras a las videollamadas para conectar con la familia, haces grupos de amigos expatriados para los cocidos de los domingos… A día de hoy, el balance personal es muy positivo: no sólo en conocimientos adquiridos e idiomas, sino que he ganado en capital humano y me he vuelto más flexible y comprensiva. Especialmente ahora que he hecho familia aquí, podría decirse que me he vuelto un poco belga.
¿Cuáles son los aspectos más significativos de tu trabajo?
Es muy interesante esta doble faceta de trabajar en local, en estrecho contacto con las centrales, y al mismo tiempo en grupos de investigación internacionales donde la información es mucho más generalista. La suerte de trabajar en Tractebel es que, además, han apoyado mi desarrollo personal, con condiciones que facilitan compaginar la maternidad con mis objetivos profesionales. Por ejemplo, apoyaron totalmente mi participación en el programa Lise Meitner de la OIEA, gracias al cual estuve dos semanas en EEUU aprendiendo sobre códigos de modelado termohidráulico y conocí a un grupo de mujeres excepcionales.
¿Qué detalles echas en falta de España?
Aparte de a mi familia, lo que más echo en falta es la luz: incluso en verano puedes tener el cielo cubierto durante semanas. Cuando vuelvo a la Península me da muchísima alegría solo con ver el cielo.
¿Invitas a los jóvenes y no tan jóvenes a que amplíen su horizonte profesional fuera de nuestras fronteras?
Invito a todos a probarlo, ya que una experiencia internacional es impagable: entrar en contacto con personas diferentes te da una amplitud de visión que no se consigue con quedarse siempre en casa. Ahora sí, la experiencia ‘inmersiva’ no es fácil y tiene muchos momentos muy duros. Si no lo tienes claro, siempre se puede probar con proyectos temporales (desde una empresa española, participando en convenios de investigación, o mediante doctorados o internships en organizaciones internacionales) que te dan la posibilidad de conocer a otros profesionales del sector sin dar el salto totalmente. Mucha gente ha empezado así, le tomó el gustillo a esto de vivir fuera y van coleccionando destinos alrededor del mundo.
