Oscar Wilde decía que no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Pues eso es lo que desde hace unos meses viene haciendo la Sociedad Nuclear Española a través del #ManifiestoNuclear en defensa de las centrales nucleares como fuente de energía estratégica en España y al que, a la fecha de redacción de este editorial, cuenta con más de 250 adhesiones. Un buen número, sin duda, pero insuficiente para darle más eco y para que sea tenido en cuenta en un futuro muy próximo, ante el cierre de las centrales nucleares en España.
Este #ManifiestoNuclear nace de la necesidad de que se reconozca el papel clave de dichas centrales en la producción de energía de base que complementa y respalda el crecimiento de las renovables en este país y se deje, de una vez, de posicionarlas como instalaciones sucias o contaminantes.
Ante la dicotomía de “o las unas o las otras”, la Sociedad Nuclear Española defiende y proclama que renovables y nuclear son el binomio perfecto para alcanzar una cesta energética independiente, competitiva, eficiente y sostenible, tanto a nivel económico como en el cumplimiento de los objetivos europeos para la reducción de emisiones.
Al mismo tiempo pedimos que se reconozca pública y políticamente, con valentía y dando la cara, el papel que juegan las centrales nucleares españolas para proporcionar de manera estable un bien necesario y estratégico como es la energía eléctrica, vector necesario para el desarrollo económico y la competitividad del país.
Y parece que las cosas, o al menos las percepciones, están cambiando. A principios del mes de junio, Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, empresa especializada en estudios sociales y de opinión, destacaba, en un foro económico, que los sondeos empiezan a reflejar cambios de tendencia en la opinión de los españoles sobre la energía nuclear porque la perciben como una opción viable para abordar la transición energética y, especialmente, porque aporta el 20 % de la electricidad en España de manera estable, asegurando el suministro y sin emitir CO2.
Toharia subrayó que «se está produciendo un cambio espectacular, llamativo, casi mes a mes, sobre la percepción de la energía nuclear, que, por cierto, ya es oficialmente una industria verde».
Unas semanas más tarde conocimos una encuesta realizada por Bisconti Research Inc., en la que se indica que el apoyo de la opinión pública estadounidense a la energía nuclear ha alcanzado un nivel récord por tercer año consecutivo. Tres cuartas partes de los ciudadanos encuestados están a favor de esta tecnología y, aproximadamente, siete de cada diez apoyan la construcción de más centrales nucleares. Esta encuesta revela que la favorabilidad se basa en la percepción de que la energía nuclear es asequible, confiable, eficiente y tiene beneficios ambientales relacionados con el aire limpio y el cambio climático.
La mayoría de los encuestados considera que la energía nuclear será importante para satisfacer las necesidades de electricidad en el futuro y está de acuerdo en que se deben renovar las licencias de las centrales nucleares que cumplan con las normas de seguridad federales.
Solicitamos, como lo acaban de hacer 17 académicos de la Real Academia de Ingeniería de España, a las autoridades competentes, que se prolongue el tiempo de funcionamiento de las centrales nucleares porque consideramos que esto, es a día de hoy y para el futuro de nuestro país, IMPRESCINDIBLE.
