Un año más, y con este han sido ya cuarenta y nueve (a pesar de que en el año 2020 la pandemia nos obligó a quedarnos en casa y conformarnos con el formato virtual), los profesionales de la industria nuclear española nos reunimos en un congreso que es mucho más que un congreso, es un punto de encuentro, una foto del sector en la que, en cada ocasión, se pueden apreciar matices diferentes. Este 2023 la cita era en Toledo y la foto reunió a más de 700 personas de diferentes perfiles profesionales, generaciones y procedencia geográfica, pero que tenemos una característica común: somos nucleares y nos sentimos orgullosos de ello.
En otras ocasiones, este mismo espacio de nuestra revista nos ha servido para reivindicarnos como profesionales nucleares pero, en este número que recoge lo acontecido en Toledo entre el 4 y el 6 de octubre, el deseo es, más que reivindicarnos, trasladar nuestro optimismo. Sabemos que nuestra actividad en España tiene fecha de caducidad si no se produce un cambio radical de planteamiento y que dentro de muy poco tiempo, cuatro años, Almaraz 1, será el primer grupo en salir de la red en una triste senda por la que irán pasando también Almaraz 2, Cofrentes, Ascó 1 y Ascó 2, Vandellós 2 y Trillo hasta 2035.
A las más de 20.000 personas que conformamos la “industria nuclear española” y que somos eso, personas, nos preocupa el cierre de las centrales y nos preocupa nuestro futuro y el de nuestro país, pero, a pesar de ello, nos sentimos optimistas porque vemos que nuestras empresas son robustas y se están abriendo camino fuera de España en los numerosos proyectos nucleares que hay ahora mismo en Europa y en el mundo y porque vemos un colectivo joven, emprendedor y con ganas de trabajar en el mundo nuclear que nos permiten ver con algo más de esperanza un futuro que, a priori, parece bastante descorazonador.
Llevamos más de cinco décadas trabajando en este sector y podemos decir que hemos crecido técnica y profesionalmente. Afirmamos, con rotundidad que las centrales nucleares españolas son instalaciones seguras y fiables desde su origen, pero que a lo largo de los años y gracias a una inversión continuada y a las mejoras implantadas han ido incrementando tanto la seguridad como la fiabilidad y los profesionales nucleares hemos heredado y ampliado en conocimiento de los que pusieron en marcha esta industria.
Este 2023 nos ha permitido visualizar un entorno empresarial robusto y un relevo generacional consolidado. Ojalá la foto del 2024 nos deje la misma imagen o incluso una nueva perspectiva de futuro y del #NuclearesEnCórdoba, cuando además cumpliremos nuestro cincuenta aniversario, la foto sea de nuevo un recuerdo optimista y con confianza en el futuro.
