Empresarios Agrupados: por y para la energía nuclear

Roque Luis Perezagua López

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Cuando arrancó el plan nuclear en España había poco tejido industrial específico para sostenerlo; la ingeniería no era una excepción. La industria española tuvo de apoyarse en compañías extranjeras que ayudaron a dar el empujón que necesitaba nuestra industria. Así, hubo compañías que diversificaron su actividad hacia la joven industria nuclear. No es el caso de Empresarios Agrupados (EA); EA nació específicamente para la industria nuclear. Así, la creación de Empresarios Agrupados en 1971 marcó un hito crucial en la historia de la ingeniería y la energía nuclear en el país. Fue con motivo de la moratoria nuclear en España cuando EA tuvo que salir fuera de España y diversificarse.

Figura 1. Interior del reactor de la central nuclear de Almaraz en la que se aprecia la característica radiación de Cherenkov.

LA ANDADURA DE EMPRESARIOS AGRUPADOS EN ESPAÑA

El nacimiento de Empresarios Agrupados (EA) en 1971 marcó el comienzo de una era de ingeniería y desarrollo tecnológico en España. El objetivo con el que se creó fue ambicioso: llevar a cabo la ingeniería, el diseño y la construcción de la central nuclear de Almaraz, una planta de tecnología PWR de Westinghouse. Este proyecto no solo representaba un desafío técnico de gran envergadura, sino que también requería una colaboración estratégica a largo plazo con Gibbs & Hill, Inc (GHI), una reputada ingeniería estadounidense. El enfoque consistió en dividir las responsabilidades de manera equitativa, permitiendo a EA ir asumiendo cada vez más tareas y, con ello, adquirir un mayor conocimiento y dominio de la tecnología nuclear.

La colaboración entre EA y GHI fue mucho más que una simple asociación de interés comercial; fue todo un proceso de transferencia de tecnología y conocimientos. También de filosofía y metodología de hacer las cosas. El control de los datos de partida y de la información preliminar o pendiente, la substanciación de las hipótesis de cálculo, los procesos de revisión y la verificación del diseño, así como las actividades de V&V del software de cálculo, entraron a formar parte, ya para siempre, del genoma agrupado.

Esta asociación resultaría en el desarrollo exitoso de proyectos nucleares emblemáticos en España, incluidas las centrales nucleares de Cofrentes y Valdecaballeros (BWR General Electric), con un crecimiento constante de la participación de EA en la ingeniería y una disminución proporcional de la contribución de GHI.

A medida que la década de 1980 avanzaba, Empresarios Agrupados se fue consolidando definitivamente como un actor clave en la industria nuclear española. El proyecto de la central nuclear de Trillo, que comenzaría en 1975, marcó un hito importante, ya que fue la primera vez que EA asumió el papel exclusivo de arquitecto-ingeniero para una planta de tecnología alemana con la colaboración de SIEMENS-KWU como proveedor de sistemas principales. El proyecto arrojaba grandes dificultades tecnológicas, además del cambio de filosofía de un tecnólogo americano a uno alemán. Así, en cuanto a complicación, los ingenieros siempre comentaban que, si Almaraz era un Ford, Trillo era un Mercedes. Además, hubo que lidiar con la conversión de la normativa alemana a la americana, que era la base normativa del Consejo de Seguridad Nuclear, lo que también recayó sobre EA. Empresarios Agrupados empleó en este proyecto alrededor de 10 millones de horas-persona, con un pico máximo de 1400 personas propias, con un 65% de titulados universitario, en su gran mayoría ingenieros. Esto terminó por demostrar la capacidad de EA para liderar grandes proyectos nucleares desde el diseño hasta la construcción y consolidó su reputación como una entidad de confianza y solvencia en la ingeniería nuclear.

Figura 2. Los responsables de Empresarios Agrupados a lo largo del tiempo.

DESAFÍOS TECNOLÓGICOS INICIALES

La informática a principios y bien entrados los 70 estaba muy poco desarrollada y menos aún el software tecnológico de carácter nuclear. Para poner en marcha ese aparato tecnológico había que desarrollar programas específicos en las disciplinas de la ingeniería mecánica, civil, eléctrica y de I&C. Así, la utilidad de conceptos como los autovalores, la transformada rápida de Fourier, las ecuaciones de Navier-Stokes, el jacobiano, el método de Runge-Kutta, el wronskiano o el cálculo numérico para las ecuaciones en derivadas parciales parabólicas, hiperbólicas o elípticas, entre otros, cobraron un sentido real y fueron de una utilidad que no sospechábamos cuando nos lo enseñaban en las escuelas de Ingeniería. Todo estaba en las pizarras de las escuelas técnicas o en libros americanos, pero, como decía Lope de Vega, había que bajar de las musas al papel y, para ello, había que construir la máquina productiva. De esta manera, se desarrollaron programas, inicialmente en FORTRAN 4 y 77, para los cálculos de transitorios hidráulicos, transitorios en sistemas eléctricos, cálculo de espectros para el diseño de estructuras, pasando por los programas para evaluar los efectos dinámicos en las piscinas de supresión de presión de los reactores tipo BWR y, así, un larguísimo etcétera. Tampoco había entonces una normativa clara acerca de la validación y verificación del software de cálculo, aspecto que también hubo que desarrollar.    

La tecnología de los ordenadores estaba aún muy lejos de la de hoy en día; en aquellos momentos se estaba inmerso en la tercera generación de ordenadores, del tipo mainframes, como el IBM-360, o el CRAY-1 y 2, que se alojaban en centros de cálculo y en los que la resolución de problemas requería de un esfuerzo conjunto de cálculos manuales y procesamiento computacional, además de grandes dosis de paciencia. Había que hilar muy fino antes de atreverse a lanzar un cálculo; cada segundo de CPU costaba un dineral, con lo que la formación inicial de los ingenieros cobraba un valor capital. A pesar de todas las dificultades, el empuje de unos jóvenes ingenieros fue capaz de llevar a puerto un proyecto con una envergadura como la de una central nuclear.

Figura 3. Ecuaciones de Navier-Stokes, EDPs de tipo parabólico fundamentales para cualquier análisis dinámico de fluidos.

EN LA VANGUARDIA DE LA INNOVACIÓN

Lo más importante de la innovación no es ya tanto los nuevos desarrollos que se puedan plantear sino conservar y no olvidar los conocimientos y experiencia que ya se tienen. De poco sirve la inteligencia si te falla la memoria. Así, hoy, el aparato productivo de Empresarios Agrupados goza de una excelente salud gracias a una adecuada gestión del conocimiento y de una experiencia acumulada en estos 50 años, gracias también a un sólido sistema de calidad que lo sostiene.

Además del diseño y construcción de las mencionadas centrales nucleares, Empresarios Agrupados también ha venido desempeñando un papel vital en el apoyo técnico continuo de las centrales nucleares existentes en España. Así, EA ha venido proporcionando asistencia en la resolución de problemas, actualizaciones de seguridad, modernización tecnológica y otras operaciones especiales destinadas a garantizar la eficiencia y seguridad a largo plazo de las plantas nucleares en funcionamiento.

Los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima marcaron un punto de inflexión en la industria nuclear a nivel mundial. Estos trágicos eventos llevaron a una reevaluación profunda de los diseños de reactores y las prácticas de seguridad en todas las plantas nucleares. Las lecciones aprendidas de estos desastres llevaron a modificaciones y mejoras sustanciales en los diseños de las centrales nucleares en España. Empresarios Agrupados, con su experiencia acumulada y conocimientos técnicos, ha venido jugando un papel fundamental en la implementación de estas modificaciones, asegurando que las plantas nucleares cumplan con los más altos estándares de seguridad y protección ambiental.

A medida que España y el mundo continúan luchando contra el cambio climático y buscan formas de generar energía de manera más sostenible, la energía nuclear sigue siendo una opción a considerar. Empresarios Agrupados está posicionada de manera única para contribuir a este esfuerzo a través de su experiencia y conocimientos acumulados en los más de 50 años en ingeniería y tecnología nuclear.

«Nacimos nucleares. Vinimos para quedarnos.»

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