Textos y fotografías: Aitor Arizcuren Salinas
Me llamo Aitor Arizcuren Salinas y soy ingeniero industrial por la Universidad de Zaragoza. Tras una primera experiencia laboral en el desarrollo de tecnologías de oxicombustión de carbón y captura de CO2 en el LIFTEC (centro asociado al CSIC y la Universidad de Zaragoza), realicé el máster de tecnología nuclear EMINE esponsorizado por la Unión Europea. Estudié un año en KTH en Estocolmo, 7 meses en París en ENSTA ParisTech e INSTN y 6 meses de proyecto fin de máster en Lyon en EDF. En 2015, me incorporé a EDF, en Lyon, como ingeniero en termohidráulica accidental encargado de la realización y supervisión de estudios de pérdida accidental de refrigerante (LOCA) de reactores de agua a presión (reactores franceses actuales y EPR).
¿Cuántos años llevas en tu actual puesto de trabajo?, ¿cuáles son tus responsabilidades?
Desde 2020, trabajo como ingeniero de proyecto en el ámbito de la gestión del combustible nuclear.
Mi misión consiste en la definición, coordinación, realización y pilotaje de la instrucción con la autoridad de seguridad nuclear de los dosieres de justificación de las evoluciones de la gestión del combustible de los reactores 900MWe franceses. La gestión del combustible fija el número, tipo o enriquecimiento de los elementos combustible de las recargas: entre un tercio y un cuarto de los elementos combustibles irradiados se extrae del reactor en cada recarga y son sustituidos por elementos nuevos. Con un parque de 56 reactores en explotación, la planificación y la gestión de las recargas combustible en los periodos del año en los que la demanda eléctrica es menor es crucial para el buen funcionamiento de la red eléctrica francesa y europea. Uno de los objetivos de estas evoluciones de la gestión del combustible que piloto es lograr una mayor flexibilidad para optimizar el momento de la parada de recarga de combustible, por ejemplo, anticipando o retrasando la siguiente parada por recarga, mediante variaciones del número de elementos combustibles nuevos en la recarga actual respecto a la gestión combustible inicialmente justificada y autorizada.
¿Cuáles son las principales actividades de tu cargo actual?
En mi día a día, coordino las diferentes actividades de los diferentes actores que contribuyen en los dosieres que piloto, reviso documentos de cálculos de física de reactores, gestiono con los interlocutores externos a mi centro de ingeniería relacionados con estas evoluciones, me encargo del establecimiento y seguimiento técnico y comercial de los contratos con ingenierías externas, redacto la documentación que será enviada a la autoridad de seguridad nuclear, y respondo a sus preguntas durante la instrucción de estas evoluciones.
¿Cómo influyó el traslado en tu vida familiar/personal?
Cuando dejé Zaragoza en 2012, lo hice con la perspectiva de pasar un año en Suecia y otro en Francia estudiando un máster, pero no tenía claro cuál sería la etapa de después.
Tras vivir un año en Francia, y ver las posibilidades que este país ofrece a los ingenieros nucleares con un nivel medio-alto en francés, decidí continuar aquí mi aventura en el extranjero. Además, la cercanía geográfica con España a la vez que cultural y climática (respecto a otros países europeos más al norte) me parecía un buen compromiso. Curiosamente, conocí a mi pareja española en Lyon, y es aquí donde hemos formado una familia.
¿Cuáles son los aspectos más significativos de tu trabajo?
Mi trabajo tiene una componente técnica muy importante, las evoluciones de la gestión del combustible tienen un impacto en el comportamiento neutrónico y termohidráulico del reactor y en la termomecánica del combustible. Pero no menos importante, mi puesto actual requiere competencias de gestión de proyectos, ya que debo coordinar los diferentes actores en el campo del combustible nuclear y la física de reactores para realizar los dosieres de justificación de las evoluciones de la gestión del combustible y que sean autorizados por autoridad de seguridad nuclear a tiempo de responder a la necesidad de las centrales nucleares sin impactar la producción eléctrica (especialmente en invierno).
¿Qué detalles echas en falta de España?
La familia, los amigos, el sol especialmente en invierno, los piques futboleros en torno a un Barça-Madrid y el pescado. He de confesar que no echo de menos ni el cierzo, ni la niebla, ni los veranos tórridos de Zaragoza.
Una de las consecuencias de vivir en extranjero es que cada vez que tengo vacaciones, aprovecho para volver a España a ver a la familia y los amigos.
¿Invitas a los jóvenes y no tan jóvenes a que amplíen su horizonte profesional fuera de nuestras fronteras?
Por supuesto que sí. Trabajar en el extranjero nos hace salir de nuestra zona de confort (otra lengua, otra cultura, otra ciudad, otro modo de vida), y es una experiencia a todas luces enriquecedora en el plano profesional y personal. Evidentemente, no todo es de color de rosa, conlleva momentos de dificultad, de soledad, de estar demasiado lejos de los tuyos en el día a día. Y, a la larga, uno tiene el sentimiento paradójico de pertenencia en dos sitios diferentes sin dejar de ser el extranjero en esos mismos lugares.
La industria nuclear francesa prevé reclutar de 10.000 à 15.000 personas (técnicos e ingenieros principalmente) por año entre 2023 y 2030, y animo a todos los que lo deseen a continuar su carrera en Francia. Las oportunidades son variadas y numerosas (https://www.edf.fr/edf-recrute o https://www.gifen.fr/travailler-industrie-nucleaire ), por ejemplo, en la construcción de nuevos reactores o en el programa de mantenimiento para la prolongación de los reactores actuales hasta los 60 años de vida.
