Mi nombre es Ana Landete, nací en Ayora, un pueblo rural del interior de la provincia de Valencia, situado a unos 28 kilómetros al sur de la central nuclear de Cofrentes (CNC). Soy una enamorada de mis orígenes y siempre soñé con labrarme un futuro en mi pueblo, pero no era fácil. Aposté por estudiar en la Universidad Politécnica de Valencia la carrera de Ingeniería Técnica Industrial, y salió bien, a veces, los milagros existen.
Fui seleccionada por la compañía Iberdrola para, de la mano de Tecnatom, obtener la Licencia de Operador de Reactor y Turbina para CNC, iniciando mi formación a principios del año 2005.
“Vas a tener que estudiar un poquito, pero solo un poquito más de lo que has estudiado en la carrera universitaria”.
Esta es la frase que más me repetían durante el proceso de selección. Solo si has pasado por este proceso de formación puedes saber lo que hay que estudiar, el sacrificio personal, familiar y social que supone y, por supuesto, la satisfacción que se siente cuando finaliza con éxito.
Trabajar en la Sala de Control de CNC es una experiencia increíble. Es su “cerebro” y, como tal, debe de estar perfectamente coordinada con el resto de la instalación, y tener el control sobre todos los movimientos, maniobras, pruebas, trabajos, etc. que se están realizando.
Tras unos siete años como operadora, di un paso más en mi carrera profesional: obtener la Licencia de Supervisor de Sala. Durante otros dos años volví a formación, de nuevo con un elevado sacrificio personal. A finales de 2016 obtuve la Licencia de Supervisor de Sala de Control para CNC.
Mi nuevo puesto suponía nuevas responsabilidades. Mi función principal era supervisar las maniobras, pruebas y otras actividades ejecutadas por los operadores de Reactor y Turbina y por el Operador Auxiliar Eléctrico, así como realizar el seguimiento y asegurar el cumplimiento de las ETF, coordinar las maniobras con otras secciones de la planta, tomar decisiones sobre qué trabajos pueden o no ejecutarse …
Mi paso por el puesto de Supervisor de Sala duró unos 5 años, transcurridos los cuales, tras una formación específica en temas de liderazgo y gestión y en el simulador, accedí, en 2022, al puesto de Jefe de Turno de la Sala de Control.
Este puesto, es una de las posiciones de mayor responsabilidad en la organización de la central nuclear, de modo que, la decisión operativa final ante cualquier adversidad, complicación o problema que pueda surgir, debe de ser tomada (siempre apoyándose en todo el equipo que trabaja en la central y en su experiencia), por el Jefe de Turno. Es importante que el Jefe de Turno conozca qué está pasando en cada momento en la instalación, qué maniobras se están ejecutando, qué personal está trabajando y donde, qué pruebas, maniobras o intervenciones están planificadas para ejecutar en su turno, tomando las decisiones necesarias sobre si estas se pueden ejecutar o no. Debe tener una coordinación y cooperación absoluta con el resto de las secciones de la instalación: Mantenimiento, Protección Radiológica, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Técnica, Química… para asegurar que todos trabajan en la misma dirección, para obtener los mismos objetivos y en base a los mismos principios.
Si tuviese que describir mi puesto de trabajo, lo definiría como apasionante, retador, de enorme responsabilidad, que se desarrolla gracias a un gran y preparadísimo equipo de personas que se engranan y coordinan perfectamente para, entre todos, asegurar que CNC funciona de una forma segura, eficaz, ágil y eficiente.
