El parque nuclear español ha funcionado con los máximos criterios de seguridad, garantizando un suministro eléctrico firme y continuo y ayudando a la estabilidad de la red eléctrica. Los titulares de las centrales nucleares españolas invirtieron -un año más- unos 30 millones de euros por unidad en tareas de mantenimiento y actualizaciones. De esta manera, se puede afirmar que son seguras y disponen de las últimas mejoras, por lo que están preparadas para operar a largo plazo desde un punto de vista técnico y organizativo.
El 20,26% de la electricidad producida en España en 2022 tuvo origen nuclear. Teniendo en cuenta que su potencia instalada es de tan solo el 5,98% del total, la tecnología nuclear volvió a ser la que produjo durante más horas equivalentes a plena potencia. Los indicadores de funcionamiento de las centrales españolas – globales del parque: factor de carga del 90,40%, factor de operación del 91,98%, factor de disponibilidad del 91,32% y factor de indisponibilidad no programada del 2,50%- fueron de los mejores a nivel mundial, lo que demuestra el nivel de excelencia en su operación.
De hecho, el parque nuclear es la única tecnología que durante doce años consecutivos ha producido más del 20% de la electricidad consumida en España, suponiendo en 2022 el 31,75% de la generada sin emisiones contaminantes.
Los excelentes resultados nucleares del ejercicio 2022 se han conseguido, de nuevo, gracias al compromiso, experiencia e implicación de todas las empresas que conforman la industria nuclear española, así como a la capacitación y dedicación de sus trabajadores.
En el ámbito internacional, es muy relevante la inclusión de la energía nuclear -mediante un Acto Delegado Complementario aprobado por el Parlamento y el Consejo europeos- dentro de los mecanismos de la taxonomía de la Unión Europea.
El que 2022 se haya caracterizado por ser un año muy complicado en el sector energético -tanto por el incremento de los precios como por la incertidumbre en la seguridad del suministro, lo que ha provocado una crisis global- ha motivado que un gran número de países en las distintas regiones del mundo -bien con programas nucleares en marcha desde hace muchos años, bien otros que aún no los tienen- hayan decidido apostar no solo por la operación a largo plazo de sus reactores nucleares, sino que también han anunciado la construcción de nuevas unidades o el desarrollo de reactores modulares pequeños.
Estas decisiones demuestran la importancia de la energía nuclear como fuente que garantiza el suministro eléctrico, reduce la dependencia exterior y frena las emisiones contaminantes al no emitir CO2.
